...o cómo salir del pozo.

Besos

miércoles, 30 de julio de 2008


Ay, que ya vamos por la B.
Mientras hablaba con mi querido marido he leído un comentario en la entrada anterior. Venga, no pienso rendirme, voy a continuar escribiendo. Que igual los de Blogger me mandan a Rambo a mi casa, por cobarde, que habrán dicho "a ver si esta le echa cojones".
Pues anda que no molaría que se arrejuntaran todos en un despachico sólo para mandarme al Stallone a Fantastic Palace. Pero es más fácil que me manden un camión de saladitos, a ver si me engordo y dejo de dar el coñazo. Más rentable, fijo. Guay.

Y es que escribir con regularidad en un blog no es cosa fácil, amigo lector. Y menos cuando una está empezando.
La paranoia alcanza su punto máximo de madrugada. Es como un estado de embriaguez inofensiva. Y me encanta, porque puedo escribir lo que quiera y donde quiera. Pero ahora, que se me ocurran esas ideas y no las escriba... y adiós les puedo decir, que se van por donde han venido.

-Hola, Fantastic. Soy una idea de madrugada.
-Y a mí qué me cuentas, tía.
-¡Escríbeme!
-Anda la hostia.

De verdad. Que me hablan y todo.
Bueno, cuando ya lleve unos cuantos posts contándoos mi vida, probablemente profundice sobre algo muy concreto, interesante, jugoso e inteligente. Pero, hasta entonces, aquí estamos. Que hablo mucho y no digo nada.
De momento...

Creo que mañana os hablaré sobre Nancy Bratt. Hasta entonces, os dejo con Caótico Fanegas (soy fan de La Hora Chanante/ Muchachada Nuí desde hace tela de tiempo).

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